Tras la decisión del presidente Gustavo Petro de rechazar vuelos con deportados desde Estados Unidos el pasado domingo 26 de enero, la Casa Blanca calificó la acción como una amenaza a la seguridad nacional y amenazó con sanciones económicas severas. Aunque el canciller saliente Luis Gilberto Murillo aseguró haber superado el “impase”, las tensiones dejaron en evidencia los riesgos económicos para el país y, particularmente, para regiones como el Quindío.
El conflicto y las posibles sanciones
Entre las medidas anunciadas por el gobierno de Donald Trump estaban: aranceles de emergencia del 25% a las importaciones colombianas, incremento de las tarifas a un 50% tras una semana, restricciones de viaje para funcionarios y sus aliados, y sanciones financieras bajo la ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional (IEEPA).
Un comunicado de la Casa Blanca advirtió que dichas sanciones no se firmarán “a menos que Colombia incumpla el acuerdo logrado.” Sin embargo, los efectos de la tensión diplomática dejaron en evidencia el impacto potencial para el Quindío, especialmente en sectores clave como exportaciones, remesas, turismo y finanzas.
Impacto económico para el Quindío
Según un análisis del Observatorio Fiscal de la Secretaría de Hacienda de Armenia, estas son las principales consecuencias que habrían enfrentado el departamento y su capital:
- Caída en exportaciones: Productos emblemáticos como el café, el aguacate y las confecciones sufrirían una drástica reducción de demanda en el mercado estadounidense debido a los aranceles. El Quindío, que tiene en EE. UU. su principal destino exportador (35% del total), podría haber perdido hasta 92,4 millones de dólares en 2024, afectando severamente a los productores locales.

- Presión sobre el dólar y la inflación: Un aumento en la demanda de dólares encarecería las importaciones y afectaría la canasta básica. En el Quindío, esto dificultaría la esperada reducción de la inflación, que cerró en 5.5% en 2024, y generaría mayores costos para hogares y empresas.
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Reducción de remesas: Con el 61% de las remesas al Quindío provenientes de Estados Unidos, las sanciones dificultarían las transferencias y reducirían los ingresos de miles de familias que dependen de este flujo económico.

- Inversión extranjera en riesgo: Empresas locales enfrentarían obstáculos para acceder a mercados internacionales, afectando la competitividad y encareciendo la financiación empresarial.
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Golpe al turismo: Inspecciones reforzadas a colombianos en EE. UU. y posibles represalias en Colombia desincentivarían el flujo turístico entre ambos países, impactando negativamente a un sector clave para el Quindío.
La tensión diplomática evidenció y puso en alerta la fragilidad económica del Quindío ante cambios en sus relaciones comerciales internacionales. Si bien el acuerdo entre ambos gobiernos evitó sanciones inmediatas, expertos advierten que el departamento debe diversificar sus mercados y reducir su dependencia de las remesas y exportaciones a EE. UU.
El Quindío enfrenta el desafío de fortalecer su economía local y mitigar futuros riesgos. La búsqueda de nuevos mercados y la promoción de productos locales en Asia y Medio Oriente son estrategias que requieren atención inmediata, aunque sus costos logísticos reduzcan la competitividad en el corto plazo.