La muerte de Gabriela Parra Restrepo, una bebé de apenas 42 días de nacida, ha generado conmoción y muchas preguntas en el municipio de Montenegro. El caso, ocurrido el pasado jueves 5 de junio en el hospital Roberto Quintero Villa, fue asumido por el Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía, que ahora lidera las indagaciones para establecer qué ocurrió realmente.
De acuerdo con la denuncia de la familia, la madre de la menor llegó a la sala de urgencias hacia las 7:00 de la mañana, solicitando atención inmediata ante una grave dificultad respiratoria de su hija. Asegura que no fue recibida con la prontitud necesaria, y que hubo una espera injustificada mientras la pequeña se deterioraba rápidamente. A las 7:35 a.m., la niña fue declarada muerta.
Desde el hospital, en cambio, se afirma que los protocolos de atención fueron activados conforme a lo establecido, aunque no se ha precisado con exactitud qué ocurrió en esos minutos críticos. La diferencia entre las versiones ha encendido las alarmas, y ahora corresponde a la Fiscalía establecer si hubo una omisión médica o si, pese a los esfuerzos, el fallecimiento era inevitable.
El CTI adelanta la recolección de pruebas clave como grabaciones de las cámaras de seguridad del centro asistencial, el contenido del acta de defunción y testimonios del personal que estaba de turno al momento de los hechos. Solo hasta que se analice todo el material será posible determinar si hubo una negligencia o si el centro hospitalario actuó dentro de los tiempos permitidos.
Por ahora, la familia exige respuestas claras y justicia. El caso sigue en investigación y ha despertado un fuerte debate en la opinión pública sobre la atención médica en casos de emergencia infantil.