Fernando Dellarciprete, un hombre de 40 años, protagonizó una tragedia en la ciudad de Tres Arroyos, a las afueras de Buenos Aires (Argentina). El miércoles 5 de junio asesinó a su esposa, Rocío Villarreal, de aproximadamente 34 años, y horas más tarde ahogó a sus dos hijos, Tiziano y Francesco, que no superaban los 10 años, para finalmente quitarse la vida arrojándose debajo de un camión en la ruta 228, a la altura del partido de San Cayetano.
El crimen se descubrió de manera escalonada. Pasadas las 17:00 horas, familiares preocupados por la falta de comunicación con Rocío Villarreal ingresaron a la vivienda familiar en la calle Larrea al 100, en Tres Arroyos, y encontraron su cuerpo sin vida. La mujer había sido asesinada con un cable de una lámpara que le rodeaba el cuello.
Mientras tanto, la policía de San Cayetano, en jurisdicción del Departamento Judicial de Necochea, acudió a otro hecho: un hombre había muerto tras lanzarse frente a un camión Mercedes Benz con acoplado en el kilómetro 69 de la ruta 228. Al identificarlo como Fernando Dellarciprete y encontrar cerca de allí su vehículo, un Renault Duster blanca, comenzó a unir las piezas de una historia aberrante.
A pocos metros del sitio del suicidio, dentro de un zanjón al costado del camino, fueron encontrados los cuerpos sin vida de los dos niños. Según los resultados preliminares de la autopsia, murieron por asfixia por inmersión y no presentaban signos de defensa. Se presume que el hombre intentó inicialmente acabar con sus vidas y la suya propia estrellando el vehículo contra un árbol, pero al no lograrlo, optó por sumergirlos en agua antes de suicidarse.
Minutos antes de quitarse la vida, el feminicida ingresó a un campo cercano donde pidió agua y un arma. Al recibir una negativa, regresó a la carretera y se lanzó deliberadamente al paso del camión.
La causa quedó en manos de la fiscal Natalia Ramos, titular de la Unidad Funcional de Instrucción N°6 de Tres Arroyos, y fue recaratulada como femicidio seguido de doble homicidio y suicidio.
¿Quiénes fueron las víctimas?
Rocío Villarreal trabajó en el pasado en la municipalidad de Tres Arroyos y actualmente impulsaba un emprendimiento propio vinculado a productos cosméticos y aromatizantes. Tiziano y Francesco, los hijos de la pareja, eran estudiantes de nivel inicial y primaria. Según testimonios de allegados, no existían denuncias previas por violencia de género contra Dellarciprete, aunque se confirmó que se encontraba bajo tratamiento psiquiátrico, asistido por el área de Salud Mental del municipio.