El presidente ruso, Vladímir Putin, promulgó este martes una doctrina nuclear actualizada que amplía las condiciones para el uso de armas nucleares, permitiendo su empleo en respuesta a ataques convencionales que representen una amenaza crítica para la soberanía e integridad territorial de Rusia y Bielorrusia. Este paso, publicado en el portal de información legal del Estado ruso, refuerza la alianza entre ambos países en el marco de la Unión Estatal Rusia-Bielorrusia.
Según el documento, Rusia podría recurrir a su arsenal nuclear no solo ante ataques nucleares directos, sino también en caso de agresiones convencionales que supongan un riesgo grave para su soberanía. Además, incluye la posibilidad de actuar contra un país no nuclear respaldado por una potencia nuclear, una cláusula que, según analistas, apunta directamente a Estados Unidos y la OTAN.
La doctrina incorpora nuevos escenarios para justificar una respuesta nuclear, incluyendo ataques masivos con aviones, misiles hipersónicos, drones y otros aparatos no tripulados que violen el espacio aéreo ruso. Por primera vez, se hace referencia específica al uso de drones, un arma que ha ganado protagonismo en conflictos recientes.
El Kremlin enfatizó que las armas nucleares seguirán siendo vistas como una herramienta de disuasión de carácter defensivo, cuyo uso se reservará para casos extremos. Sin embargo, el lenguaje de la nueva doctrina ha generado preocupación internacional por el riesgo de escalada en el conflicto en Ucrania, que este martes alcanzó los 1.000 días de combates.
Respuesta a misiles ucranianos: una escalada anunciada
La promulgación de la doctrina llega en un contexto de intensificación de las tensiones. El ejército ruso denunció que Ucrania utilizó por primera vez misiles balísticos de largo alcance ATACMS, suministrados por Estados Unidos, para atacar territorio ruso. Según el Ministerio de Defensa de Rusia, a las 03:25 hora local, Ucrania lanzó seis misiles contra la región de Briansk, de los cuales cinco fueron interceptados por las defensas antiaéreas rusas.
El canciller ruso, Serguéi Lavrov, calificó este ataque como una “nueva fase de la guerra de Occidente contra Rusia”, acusando a Estados Unidos de involucrarse directamente en el conflicto al proporcionar inteligencia y asistencia técnica para el uso de los misiles. Lavrov, en declaraciones realizadas durante la cumbre del G20 en Río de Janeiro, prometió una respuesta proporcional a esta acción, mientras el Kremlin evalúa medidas adicionales.
El uso de estos misiles por parte de Ucrania intensifica las preocupaciones sobre una posible escalada en la guerra, que ya ha visto cómo el conflicto trasciende las fronteras ucranianas. Con esta nueva doctrina nuclear, Moscú envía un claro mensaje a sus adversarios: cualquier amenaza significativa será respondida con firmeza, incluso si implica el uso de su arsenal nuclear.
Advertencia a Occidente
La actualización de la doctrina nuclear también amplía el alcance de las alianzas militares contra las cuales Rusia aplicará su estrategia de disuasión. Los analistas interpretan esta medida como una advertencia directa a Estados Unidos y la OTAN, dejando claro que cualquier implicación directa en el conflicto ucraniano podría desencadenar graves consecuencias.
Mientras tanto, el mundo observa con preocupación cómo esta nueva doctrina y las acciones recientes en el campo de batalla podrían desencadenar una escalada aún más peligrosa en el conflicto, que ya ha cobrado miles de vidas y alterado profundamente el equilibrio geopolítico global.