El hallazgo se registró en la mañana de este lunes 28 de abril. Según confirmaron las autoridades penitenciarias, todo apunta a un suicidio. Pese a los intentos del personal médico por reanimarlo, Knezevich, de 37 años, fue declarado muerto en el lugar. El hombre estaba a la espera de juicio, previsto para mediados de junio, y enfrentaba cargos graves que podrían haberle significado una condena a cadena perpetua.
Este caso generó repercusión internacional desde su inicio, cuando Ana María desapareció en Madrid a comienzos de 2024. Las investigaciones apuntaban a su exesposo como principal sospechoso, especialmente tras detectar movimientos sospechosos: el uso de un vehículo alquilado y rastros de GPS que lo ubicaban en una zona boscosa de Italia, donde se cree habría ocultado el cuerpo de la mujer. Sin embargo, hasta el momento, el cuerpo de Ana María no ha sido encontrado.
Knezevich fue capturado en mayo de 2024 en el Aeropuerto Internacional de Miami tras su regreso desde Serbia. En diciembre del mismo año se declaró inocente, pero las pruebas recolectadas lo mantenían como el principal implicado en la desaparición de la colombiana, con quien sostenía un proceso de divorcio cargado de tensiones.
La familia de Ana María Henao expresó su dolor e impotencia tras conocer la noticia del fallecimiento de Knezevich. Consideran que su muerte cierra una puerta dolorosa a la justicia, pues no solo impide esclarecer los hechos y confirmar la verdad, sino que también obstaculiza la posibilidad de recuperar los restos de Ana María para darle sepultura.
“Es un golpe devastador no poder saber con certeza qué pasó con ella. Nunca sabremos toda la verdad”, expresó uno de sus familiares en un comunicado.
Este desenlace deja muchas preguntas sin resolver y profundiza el vacío de una familia que sigue buscando justicia, mientras la historia de Ana María Henao se suma a las voces silenciadas por la violencia de género transnacional.