El gobierno de Gustavo Petro ha solicitado este viernes a Estados Unidos y Panamá ajustar el cronograma de vuelos con ciudadanos colombianos deportados, con el fin de implementar un plan de atención integral para quienes regresan al país. En apenas cinco días, han aterrizado en el Aeropuerto Internacional El Dorado de Bogotá cuatro aeronaves con más de 300 personas repatriadas por Washington, lo que ha puesto bajo fuerte presión a los servicios migratorios nacionales. Además, se prevé que el lunes Panamá envíe otro vuelo con colombianos detenidos en su frontera antes de intentar continuar hacia Estados Unidos.
Durante este período de negociación, según ha confirmado la Cancillería, el gobierno colombiano busca establecer un sistema de asistencia especial que garantice el traslado, hospedaje y posterior reintegración de los retornados de manera más efectiva. Asimismo, evalúa la posibilidad de ofrecer créditos productivos a los colombianos en situación irregular que regresen desde territorio estadounidense.
Petro ha reafirmado su compromiso con las repatriaciones mediante aeronaves fletadas por Colombia e incluso ha mencionado la opción de utilizar cruceros para este propósito, según adelantó en un fragmento de una entrevista que será emitida esta tarde en Univisión. Los tres vuelos organizados por la Fuerza Aérea (el cuarto contó con apoyo gubernamental) tuvieron un costo de 2.200 millones de pesos, equivalentes a unos 530.000 dólares, lo que representa más de 7 millones por persona. En las primeras tres operaciones, se repatriaron 306 individuos, entre ellos 118 mujeres y 42 menores de edad.
Esta solicitud ocurre un día antes de la llegada de Marco Rubio a Panamá, el primer destino de su gira internacional como secretario de Estado. La prensa panameña ha señalado que la administración de José Raúl Mulino tenía previsto un vuelo de deportación a Colombia el lunes 3 de febrero, coincidiendo con la visita de Rubio, quien posteriormente viajará a otras naciones de Centroamérica, incluyendo El Salvador, Guatemala, Costa Rica y República Dominicana. El encuentro en Panamá se desarrolla en un contexto de tensiones debido a las exigencias de Trump sobre el Canal de Panamá, al considerar que Estados Unidos debería recuperar su control.
Garantizar la “dignidad” de los deportados se ha convertido en una de las principales prioridades de la diplomacia colombiana. El domingo, Petro ordenó impedir el aterrizaje de dos aviones provenientes de Estados Unidos con decenas de colombianos expulsados, cuando ya estaban en pleno vuelo. Según el presidente, no se podía aceptar su llegada debido a la falta de un “trato digno”, ya que los migrantes fueron trasladados esposados de pies y manos, a pesar de no ser criminales.