El inmunólogo y patólogo colombiano Manuel Elkin Patarroyo, reconocido internacionalmente por desarrollar la primera vacuna sintética contra la malaria, falleció este 9 de enero de 2025 en Bogotá.
La noticia fue anunciada por Gabriela Delgado, decana de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional de Colombia, a través de la red social X: “Hoy ha partido un gran científico colombiano: Manuel Elkin Patarroyo. Su legado está representado, más que en la primera vacuna sintética del mundo, en una generación de investigadores a quienes inculcó el valor de construir país, generando conocimiento. ¡GRACIAS!”.
Patarroyo nació en Ataco, Tolima, el 3 de noviembre de 1946. Se graduó como médico cirujano de la Universidad Nacional de Colombia en 1971 y se especializó en inmunología en la Universidad de Yale, además de realizar estudios de posdoctorado en el Instituto Karolinska de Estocolmo. Fue director del Instituto de Inmunología del Hospital San Juan de Dios en Bogotá y formó a varias generaciones de investigadores que hoy lideran centros científicos en todo el mundo.
En 1987, desarrolló la vacuna SPf66 contra la malaria, un avance que generó grandes expectativas por su capacidad para combatir esta enfermedad que afecta principalmente a regiones tropicales. Aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) posteriormente determinó que su eficacia era variable, el descubrimiento marcó un hito en la historia de la inmunología.
A lo largo de su carrera, Patarroyo recibió numerosos reconocimientos, entre ellos el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica en 1994, el Premio León Bernard de la OMS en 1995, y múltiples doctorados honoris causa. Sin embargo, su labor también estuvo rodeada de controversias, especialmente por el uso de primates en sus investigaciones, lo que generó intensos debates éticos.
La Universidad Nacional destacó su legado a través de un comunicado oficial: “Agradecemos profundamente los aportes del doctor Patarroyo a la ciencia y la salud de nuestro país. Enviamos nuestras condolencias a su familia y amigos”.
Gabriela Delgado recordó su impacto en la academia y la ciencia en Colombia: “Fue un hombre que abrió caminos para generaciones como la mía, enseñándonos que la ciencia es la herramienta más poderosa para resolver los problemas de nuestras comunidades. Nos inculcó la importancia de trabajar por el país y apostar por el conocimiento como motor de cambio”.