Una joven de 18 años logró escapar de un prolongado y aterrador cautiverio en una vivienda del municipio de Gloucester, Nueva Jersey, tras haber sido secuestrada, abusada y confinada por siete años por su madre y su padrastro, informaron este miércoles las autoridades locales.
La víctima, cuya identidad se mantiene en reserva por razones legales, denunció a Brenda Spencer, de 38 años, y Branndon Mosley, de 41, de haberla retirado de la escuela en 2018 cuando cursaba sexto grado, para mantenerla encerrada y someterla a constantes agresiones físicas, psicológicas y sexuales.
Según el comunicado conjunto emitido por la Fiscalía del Condado de Camden y la Policía de Gloucester, la joven fue obligada durante cerca de un año a vivir en una jaula para perros, de la que solo era liberada ocasionalmente. Posteriormente fue encadenada y encerrada en un baño con candado, y más adelante, trasladada a una habitación vacía equipada con un sistema de alarma que alertaba a sus captores si intentaba escapar. El único “servicio” disponible en ese espacio era un cubo para hacer sus necesidades.
La denuncia fue posible gracias a la valentía de la víctima, quien logró escapar el pasado 8 de mayo con ayuda de un vecino. Inicialmente, la joven describió su situación como un caso de violencia doméstica, pero no fue hasta el sábado siguiente que se revelaron los detalles completos de su pesadilla.
Durante el allanamiento a la vivienda, las autoridades encontraron condiciones insalubres y animales domésticos como gran daneses y chinchillas, además de una segunda menor de 13 años, también hija de Spencer, que había sido retirada de la escuela. Se investiga si esta segunda niña fue víctima de maltrato.
La joven relató además que Mosley la golpeaba con un cinturón y la abusó sexualmente en múltiples ocasiones. Por estos hechos, el padrastro enfrenta dos cargos de agresión sexual agravada en primer grado, dos cargos de agresión sexual en segundo grado, y un cargo de poner en peligro el bienestar de un menor por contacto sexual.
Ambos acusados fueron arrestados el pasado domingo y trasladados a una prisión del condado de Camden, donde permanecen bajo custodia en espera de sus audiencias de detención. En total, enfrentan cargos que incluyen:
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Secuestro y conspiración para cometer secuestro
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Cinco cargos de agresión con agravantes
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Poner en peligro el bienestar de un menor
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Privación ilegal de la libertad
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Agresión con arma mortal
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Posesión ilícita de un arma
Según medios locales, Spencer estaba desempleada, mientras que Mosley trabajaba como conductor de trenes para la Autoridad de Transporte del Sureste de Pensilvania (SEPTA). Fue incluso homenajeado por la empresa en marzo de este año, lo que ha causado aún más consternación pública.
El jefe de policía de Gloucester, David Harkins, calificó el caso como “uno de los más despreciables” que ha enfrentado en su carrera, y aseguró que la policía nunca había recibido denuncias previas sobre maltrato infantil en esa residencia, aunque sí reportes relacionados con los animales.
Por su parte, la fiscal Grace C. MacAulay manifestó que la joven probablemente enfrentará severas secuelas físicas y emocionales debido al largo periodo de confinamiento y abuso: “Cualquier persona que haya sido retenida en estas condiciones por siete años sufrirá daños profundos. Estamos limitados en los detalles por respeto a la confidencialidad y al bienestar de la víctima”.
Las autoridades continúan con la investigación para determinar el alcance completo del abuso y el posible riesgo para la otra menor encontrada en la vivienda.