Cinco personas, entre ellas un niño de seis años, fueron rescatadas con vida y en condiciones estables luego de pasar 36 angustiosas horas varados en un pantano infestado de caimanes y serpientes, tras un aterrizaje forzoso de su avioneta en plena selva amazónica de Bolivia.
La aeronave, que había despegado el miércoles 30 de abril del municipio de Baures con rumbo a la ciudad de Trinidad, sufrió una falla técnica a mitad de trayecto. El piloto, identificado como Pablo Andrés Velarde, de 27 años, logró realizar una maniobra de emergencia y aterrizó sobre un pantano, justo al lado de un nido de caimanes. De inmediato, el grupo —compuesto por el piloto, tres mujeres y un menor— se subió al fuselaje semihundido del avión, que quedó parcialmente cubierto por el agua contaminada con combustible.
Durante el tiempo que permanecieron atrapados, resistieron picaduras de insectos, intensas lluvias y la constante amenaza de animales salvajes. “Nos rodeaban caimanes y víboras. No se acercaban por el fuerte olor a gasolina, pero sabíamos que estaban ahí, vigilandonos”, relató el piloto desde su cama en un hospital de Trinidad, a donde fueron trasladados vía aérea tras el rescate.
Según contó Velarde, sobrevivieron gracias a plantas silvestres, harina de yuca y chocolate que lograron recuperar de los restos de la avioneta. Sin embargo, no pude consumir el agua del pantano, ya que estaba contaminada, lo que les provocó un grave estado de deshidratación.
El drama tuvo un giro esperanzador la madrugada del viernes 2 de mayo, cuando unos pescadores que navegaban cerca de la comunidad de Pedro Ignacio Muiba escucharon los gritos de auxilio. Alertaron a las autoridades y se activó un conjunto operativo entre Defensa Civil y la Fuerza Aérea de Bolivia, que permitió ubicar a los sobrevivientes y evacuarlos.
“Estábamos con el agua hasta las rodillas y no podíamos movernos por miedo a los animales. Ya no aguantábamos una noche más”, confesó el piloto, quien tomó decisiones cruciales, como abrir las puertas del avión antes del impacto y derramar combustible para disuadir a los depredadores.
El presidente de Bolivia, Luis Arce, celebró el exitoso rescate: “Gracias al trabajo de nuestro personal especializado, las cinco personas rescatadas están vivas. Estamos haciendo todo lo posible para brindarles la atención médica necesaria”.
Una de las pasajeras, Mirtha Fuentes, describió la emoción del momento: “Todos lloramos de felicidad porque estábamos vivos. Fue un milagro y gracias al piloto, que actuó con inteligencia”.
Pese a las condiciones extremas, ningún ocupante resultó gravemente herido. Se espera que en los próximos días sean dados de alta, luego de permanecer en observación médica en la ciudad de Trinidad.
