Monseñor Roberto Lückert, arzobispo de Coro -en la zona donde estalló la mayor refinería de Venezuela, con un saldo oficial de 44 muertos- afirmó que hay “innumerables personas desaparecidas”. Para el religioso, la tragedia ocurrió por falta de control
Monseñor Roberto Lückert, arzobispo de Coro -en la zona donde estalló la mayor refinería de Venezuela, con un saldo oficial de 44 muertos- afirmó que hay “innumerables personas desaparecidas”. Para el religioso, la tragedia ocurrió por falta de control
Conoce la zona como la palma de su mano. Allí predica hace años, por lo que no dudó en advertir que la cifra oficial de 44 fallecidos no se ajusta con la realidad. “Con la explosión quedaron sectores completamente eliminados del territorio e innumerables personas desaparecidas, las cuales quizás nunca más sean vistas”, aseguró en una entrevista con el diario venezolano La Verdad.
La refinería de Amuay, en el noroeste de Venezuela, sufrió el sábado una fuerte explosión como consecuencia de una fuga de gas que dejó destrozos y derrumbes en viviendas de los alrededores y fuego en nueve tanques del centro industrial.
Monseñor Roberto Lückert (foto) estuvo allí. Según relató, el fuego arrasó con el Destacamento 44 de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y con ello murieron no sólo los oficiales, sino también sus familiares. “Hay casas que desaparecieron y edificios con fuertes daños”, afirmó.
Según declaró, se trata de una “calamidad nacional” generada por “la ligereza con la cual se maneja en la actualidad la empresa petrolera de la región”. Mencionó que “la seguridad y mantenimiento” eran los principales principios que regían la refinería de alto riesgo y ambos se dejaron perder en los últimos 10 años.
“La industria petrolera poseía un organismo encargado de preparar a los trabajadores antes de ingresar a las plantas. Eso lo desaparecieron. Ahora se visten con camisas rojas y laboran sin tener las experticias y condiciones necesarias”, denunció.
El trágico episodio en Venezuela no fue una sorpresa. Varios antecedentes daban cuenta de que una explosión como la de este sábado 25 de agosto era inminente. Según los vecinos de la zona, consultados por el diario venezolano El Nacional, el olor a gas era ya insoportable el viernes 24, varias horas antes de que el fuego estallara.
Iván Freites, Secretario de Profesionales y Técnicos de la Federación Unitaria de Trabajadores Petroleros, acusó al Gobierno de Hugo Chávez de desatender las tareas de mantenimiento.
