Avanzando en el fortalecimiento de sus relaciones bilaterales, los gobiernos de Colombia y la República Popular China firmaron este miércoles un memorando de entendimiento para la cooperación en el marco de la Iniciativa del Cinturón y la Ruta, también conocida como la Nueva Ruta de la Seda.
El acuerdo, suscrito por la canciller colombiana Laura Sarabia y el presidente de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma de China, Zheng Shanjie, sienta las bases para una cooperación estratégica en áreas como economía, ciencia, tecnología, medio ambiente, cultura y la reindustrialización de sectores clave en Colombia.
Según el presidente de Colombia, Gustavo Petro, esta alianza representa una oportunidad única para reducir el déficit comercial con China, que actualmente alcanza los 14 mil millones de dólares. “Si logramos equilibrar esa balanza con más exportaciones y mayor flujo de capital productivo, podríamos reducir nuestro déficit fiscal y aumentar significativamente la capacidad de pago de la deuda”, afirmó.
Petro destacó que productos como camarón, atún, madera, coco, cacao y café podrían convertirse en la punta de lanza de una nueva relación comercial con el gigante asiático, especialmente desde el Litoral Pacífico colombiano, una región históricamente marginada que podría transformarse en un nodo clave del comercio global.
El mandatario también hizo énfasis en los aspectos tecnológicos del acuerdo. “Lo que más me interesa es lo que va por debajo del mar: la fibra óptica”, señaló. En ese sentido, mencionó la posibilidad de que Colombia se convierta en el centro mundial de la conectividad submarina, uniendo rutas de datos entre China, Europa, África y América, lo que posicionaría al país como eje estratégico en el desarrollo de inteligencia artificial y tecnologías del siglo XXI.
Un plan ambicioso con enfoque sostenible
El memorando propone una hoja de ruta integral que incluye desarrollo conjunto de infraestructura física y digital, inversiones con transferencia tecnológica, impulso a la transición energética y cooperación científica y académica.
Entre los objetivos principales del acuerdo se destacan:
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Incrementar y diversificar las exportaciones colombianas.
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Promover inversiones chinas que generen empleo calificado.
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Fomentar la innovación (I+D+i) en sectores como salud, energía y agroindustria.
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Desarrollar proyectos sostenibles en construcción, transporte y turismo.
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Impulsar la cooperación cultural, educativa y deportiva.
Además, el pacto establece que todas las iniciativas deberán respetar las leyes nacionales, no imponer condiciones políticas y ajustarse a los principios de cooperación Sur-Sur: solidaridad, respeto mutuo y beneficio compartido.
Educación, cultura y juventud: pilares de la alianza
El componente humano del acuerdo también es clave. Se promoverán intercambios entre estudiantes, investigadores, artistas y gobiernos locales, así como la creación de programas de becas, proyectos culturales conjuntos y cooperación universitaria.
El ingreso de Colombia a la Ruta de la Seda no es simplemente un acuerdo comercial o diplomático, sino una apuesta por repensar su inserción en la economía global, fortalecer su capacidad productiva y construir una alianza estratégica con una de las principales potencias del siglo XXI.
“Colombia, el corazón del mundo”, dijo Petro, al resumir su visión geopolítica del acuerdo. Una frase que, con este memorando, busca convertirse en realidad.