El reciente aumento del salario mínimo en Colombia, ha generado preocupación en el sector empresarial y entre trabajadores del Quindío. Expertos advierten que la medida podría desencadenar el cierre de negocios y una reducción significativa en la contratación laboral debido a las dificultades económicas que atraviesa el país.
El gobernador del Quindío, Juan Miguel Galvis, expresó su inquietud al respecto: “Un empresario debe destinar aproximadamente $2.500.000 para cubrir todos los gastos asociados a un empleado, incluyendo prestaciones. Esto es un tema delicado, especialmente en un contexto donde la dinámica económica se ha reducido considerablemente. Hoy vemos que el impuesto al cigarrillo disminuyó un 40 % y el impuesto al registro un 35 %, lo que refleja que las personas no están vendiendo ni comprando propiedades. Esto afecta directamente a las pequeñas y medianas empresas que tienen numerosos empleados y que podrían verse obligadas a reducir su nómina”.
Además, el mandatario destacó que el impacto del aumento salarial contrasta con el poder adquisitivo actual, ya que para muchos hogares, este ajuste sigue siendo insuficiente frente a sus necesidades básicas.
La preocupación también es evidente entre los empleados. Claudia, contratista de una entidad de salud en Armenia, manifestó su incertidumbre ante posibles despidos: “Este aumento nos preocupa mucho porque la entidad donde trabajo tiene dificultades para pagar a tantos empleados. Tememos que puedan reducir personal, y eso afecta directamente nuestra estabilidad”.
El aumento del salario mínimo, aunque busca mejorar las condiciones de los trabajadores, plantea un desafío para la economía regional, especialmente en el Quindío, donde la contracción económica y la falta de dinamismo en algunos sectores agravan la situación.
Los empresarios y las autoridades locales enfrentan el reto de encontrar un equilibrio entre garantizar empleos dignos y sostenibles y mantener la operatividad de las empresas en un contexto de incertidumbre económica.