“Yo soy consumidora también de marihuana, bastante regular de hecho todos los días, ¡me encanta! No me da miedo decirlo… la marihuana no tiene absolutamente nada que ver con cómo seamos como personas”
Estas palabras de la honorable congresista del pacto histórico, Susana Boreal, han generado polémica en los últimos días. ¿Es cierta la afirmación que nada tiene que ver con cómo seamos como personas? La doctora Nora D. Volkow escribe en un artículo para una revista científica de siquiatría que “el consumo del cannabis afecta las personas, estas tienen más probabilidades de presentar sicosis temporal (no saber qué es real, alucinaciones y paranoia) y trastornos mentales de larga duración, incluida la esquizofrenia (un tipo de enfermedad mental en que las personas podrían ver u oír cosas que realmente no están)”[1]
El eje cafetero vive el flagelo del consumo de la marihuana y pretender normalizar su consumo es un peligro. Está en juego la salud mental de nuestros hijos, nuestros familiares, nuestra sociedad y hasta la de nuestros políticos. La marihuana para usos médicos es un tema diferente y no se relacionan con las sustancias adictivas (THC) sino con aquellas sustancias (CBD) que pueden ayudar a pacientes a tratar ciertas enfermedades.
No se debe seguir llamando bueno a lo malo y malo a lo bueno, la expresión “la religión el opio del pueblo” ha perdido vigencia ya no es necesario pensar en ella como una metáfora, pues ahora literalmente tenemos congresistas marihuaneros. ¡Dios nos salve!
Por. Aletheia
[1]Volkow ND, Swanson JM, Evins AE, et al. Effects of cannabis use on human behavior, including cognition, motivation, and psychosis: a review. JAMA Psychiatry. 2016;73(3):292-297.
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