Con los truenos sonándole en la espalda, el gobernador de Cundinamarca, Andrés González, anda esta semana a toda marcha buscando más socios y cofinanciadores para acelerar las labores de mitigación del riesgo, para evitar que se repitan este semestre las dramáticas imágenes de campos, barrios y carreteras inundadas, ocurridas durante la pasada oleada invernal de comienzo de año.
Tras los varios reportes del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), que ha anunciando que las lluvias se incrementarán desde el 15 de septiembre, González ha puesto en marcha un centro de mando de atención a desastres, que funcionará en las oficinas de la Gobernación, y de la cual, asegura, él mismo estará a cargo.
Pero no es suficiente. En 69 puntos del departamento, entre ellos varios aledaños a la capital de la República, las autoridades han implementado tareas de dragado, contención y limpieza de los principales ríos, en gran parte con fondos de Colombia Humanitaria, programa creado por el gobierno de Juan Manuel Santos tras la ola invernal que comenzó en abril de este año. “Hemos estado trabajando en estas labores durante la última semana, pero tenemos que triplicar el esfuerzo”, asegura el mandatario regional.
Según Jairo Rosas, subdirector de Desarrollo Ambiental Sostenible de la CAR, actualmente se están ejecutando proyectos de mitigación por un valor de $17.794 millones en todos los puntos de riesgo identificados por la CAR.
Sin embargo, el gobernador González reconoce que, aunque ya el 95% del área inundada ha regresado a la normalidad, la acumulación de aguas subterráneas, en el conocido “nivel freático”, podría fácilmente generar de nuevo preocupantes inundaciones.
De ahí que las autoridades estén en máxima alerta. Especialmente en las cuencas de los ríos Bogotá y Río Negro, así como Suárez y Ubaté. Asimismo, en la ciudad de Bogotá, las zonas de Bosa, Soacha y Suba, por donde pasa el río Bogotá, así como las desembocaduras de los ríos Tunjuelo y Fucha, se encuentran en constante monitoreo.
Con esto se busca evitar que vuelvan a ocurrir las catastróficas inundaciones del pasado semestre que, en Cundinamarca, afectaron el 100% de los municipios del departamento y que en el resto del país perjudicaron a poco más de 730.000 familias.
Las labores de dragado se concentran actualmente en el río Bogotá, desde Mosquera hasta Soacha, donde en estos momentos trabajan 12 dragas.
Rosas comentó que estas intervenciones redujeron a cero los incidentes en Bosa y Soacha.
Otro frente fundamental es el trabajo con las alcaldías locales en la limpieza de los sistemas de acueducto y alcantarillado, ya que por diversas razones las alcantarillas y los canales permanecen taponados.
Esta semana la Gobernación expedirá un decreto que obligará a los municipios a destapar todos los puntos de distribución de aguas para poder limpiarlos.
A prevenir
Todos pueden ayudar a mitigar el efecto del invierno y la temporada de vientos en la sabana de Bogotá.
– Ojo con la basura lanzada en los caños. La obstrucción de las vías de desagüe de la ciudad afecta su capacidad de drenaje.
– Aquellos habitantes que viven en rondas, cerca del río, deben tener especial precaución.
– Tener siempre a la mano los datos del Centro de Mando para la atención de emergencias. Su teléfono es 7491295 y su correo [email protected].
– Para mitigar los efectos de los fuertes vientos, se recomienda asegurar los techos en los hogares, tener cuidado con árboles viejos o en riesgo de caer y mantener las ventanas cerradas en edificios altos para evitar que se rompan.
Contraloría denuncia irregularidades
La contralora de la República, Sandra Morelli, denunció que Comfamiliar Bolívar obtuvo utilidades cercanas a los $8.000 millones en el contrato para suministrar alimentos a las personas damnificadas por la ola invernal. La funcionaria señaló que se han registrado denuncias de sobrecostos en los alimentos que se entregan a los afectados. También señaló que hay problemas con la ejecución de obras para enfrentar la llegada del invierno en los Santanderes, Casanare, Valle del Cauca y Atlántico.
Por: WWW. EL ESPECTADOR.COM (Redacción Bogotá)