La ciudad de Tunja, capital de Boyacá, celebró con fervor y devoción la edición número 65 de su emblemática Procesión Infantil de Semana Santa, un evento que se realiza cada Jueves Santo desde 1958 y que ha sido un pilar de la tradición religiosa y cultural de la región.
La procesión, que cuenta con la participación activa de niños y jóvenes entre 7 y 17 años, recrea los pasajes más importantes de la Pasión de Cristo. Este evento único en su tipo en el país, con sus 58 pasos, ha logrado congregar a millas de fieles y turistas, quienes se acercan para ser testigos de las representaciones en vivo y de los pasos de bulto que recorre las principales calles de Tunja. El recorrido comienza en la Iglesia de Santa Clara y pasa por lugares emblemáticos como la Plaza de Bolívar y la Catedral de la ciudad.
El origen de esta tradición se remonta a 1958, cuando Julita Angulo de Mejía, junto con su familia y el párroco de Santa Bárbara, organizó la primera procesión con un solo paso a lo vivo: la Entrada Triunfal de Jesús a Jerusalén. Con el paso de los años, la cantidad de pasos y la participación de la comunidad fue en aumento, consolidándose como una manifestación cultural que no solo reafirma la fe, sino que también fortalece el sentido de comunidad y la identidad de los tunjanos.
Hoy en día, la Asociación Procesión Infantil de Tunja sigue trabajando arduamente para preservar esta tradición, que también se ha convertido en una importante muestra del patrimonio cultural e inmaterial de la región. Este evento es considerado uno de los pocos de su tipo en el mundo, destacándose junto con otras procesiones internacionales, como las de Popayán, Santander de Quilichao en Colombia, y las de Antigua en Guatemala y Cuenca en España.
La Procesión Infantil de Tunja no solo es un acto religioso, sino una forma de transmitir la historia y los valores a las nuevas generaciones, creando una conexión entre los más pequeños y sus tradiciones culturales. A lo largo de los años, ha sido un símbolo de la Semana Santa tunjana, atrayendo tanto a los devotos locales como a turistas de diferentes partes del país y del mundo.