En Charlotte, Carolina del Norte, Zarutska, una joven ucraniana de 23 años que había llegado a Estados Unidos huyendo de la guerra en busca de una vida más segura, fue asesinada.
Los hechos ocurrieron cuando Zarutska viajaba en la línea azul del Charlotte Area Transit System (CATS). Según la Policía de Charlotte-Mecklenburg (CMPD), la joven fue atacada de manera súbita y sin provocación por un pasajero identificado como Decarlos Brown Jr., de 34 años, quien la apuñaló en repetidas ocasiones en el cuello, provocándole la muerte en el acto.
El hecho quedó registrado en las cámaras de seguridad del tren, imágenes que posteriormente se viralizaron y generaron conmoción e indignación en la comunidad local e internacional.
Un agresor con antecedentes
Brown Jr., descrito por las autoridades como una persona sin hogar y con posibles problemas de salud mental, cuenta con un extenso historial delictivo, incluidas condenas por robo con arma peligrosa y allanamiento. Había cumplido cinco años de prisión y acumulaba 14 causas abiertas previas en el condado de Mecklenburg.
El hombre fue arrestado inmediatamente después del ataque, presentando heridas en sus manos. En la audiencia del 29 de agosto, una jueza consideró que permanecería detenido sin derecho a fianza y ordenó una nueva evaluación de su salud mental. Actualmente enfrenta cargos de asesinato en primer grado.
La alcaldesa de Charlotte, Vi Lyles, expresó sus condolencias a la familia y reconoció la urgencia de revisar las políticas de seguridad: “Esta fue una pérdida trágica e insensata. Mis oraciones acompañan a sus seres queridos mientras continúan su duelo en un momento inimaginable”.
Tras el crimen, CATS anunció medidas inmediatas como la contratación de más personal de vigilancia en trenes y estaciones, además de un plan piloto para reforzar la presencia policial en horarios de mayor tránsito.
Solidaridad con la familia
La familia de Iryna Zarutska inició una campaña para cubrir los gastos funerarios, logrando recaudar cerca de 36.000 dólares gracias a la solidaridad de la comunidad.
El asesinato de Zarutska, quien buscaba en Estados Unidos el refugio que la guerra le arrebató en su país, se ha convertido en un símbolo del debate sobre seguridad y prevención de la violencia en espacios públicos de Charlotte.