Esta es la historia de José Donay Loaiza Patiño, de 54 años de edad, quien era oriundo del municipio de Circasia en el Quindío, donde trabajaba como carretillero y que el jueves pasado viajó hasta la capital huilense como ayudante en un trasteo, pero cuando de disponía a volver a su hogar fue atropellado por un carro fantasma en la vía Neiva – Rivera y falleció.
El trágico hecho que acabó con su existencia se presentó ayer a las 9:30 de la noche cuando el hombre caminada por un costado de la vía nacional, en el kilómetro 101, frente a la hacienda Panorama y de repente fue embestido por un vehículo particular quien lo dejó tenido en el piso y se dio a la fuga sin auxiliarlo.
Seguidamente algunos conductores que pasaban por el sector se percataron del cuerpo de Loaiza Patiño que estaba tendido en la vía, procedieron a ayudarlo pero ya no tenía signos vitales, por lo que dieron aviso a las autoridades.
Minutos más tarde la unidad de criminalística de la Policía Metropolitana de Neiva hizo presencia en el lugar y realizaron el levantamiento del cadáver que fue llevado a Medicina Legal en Neiva a la espera de ser reclamado por sus familiares, quienes afirmaron no tener recursos económicos para trasladar el cuerpo para su tierra natal y darle cristiana sepultura.
“Él había llegado el pasado jueves porque un señor de un camión lo trajo desde Circasia para hacer un trasteo, pero luego se fue y lo dejó abonando. La familia lo estaba buscando, pero solo hasta esta mañana llamaron de Medicina Legal y dijeron que lo habían encontrado muerto, que un carro lo atropelló. Este hombre trabajaba como carretillero del pueblo en el Quindío y acá lo dejaron tirado hasta que encontró la muerte. La familia está consiguiendo recursos, pidiendo plata para podérselo llevar y enterrarlo”, dijo una mujer que reside en Neiva que es oriunda de Circasia y pidió reservar su nombre.
Escrito por Everth Sánchez Henao






