Entre montañas que parecen pintadas con pinceles de niebla y cafetales que abrazan cada ladera, Pijao, el llamado Jardín Turístico de Colombia, celebra con orgullo 123 años de historia, cultura y resistencia campesina. Fundado el 15 de mayo de 1902 por don Antonio María Quintero, don Luis Jaramillo y Claudio Rivera, este encantador municipio del sur del Quindío conmemora más de un siglo de existencia y transformación.
Su origen se remonta a finales del siglo XIX, cuando sus fundadores lo bautizaron como San José de Colón. Años más tarde, en un acto de reconocimiento a las raíces ancestrales que habitaron estas tierras, el nombre fue cambiado por Pijao , en honor a la tribu indígena que luchó con fiereza contra la conquista.
Ubicado a 1,658 metros sobre el nivel del mar y con una temperatura promedio de 19 grados centígrados, este municipio ha sabido posicionarse como uno de los destinos ecoturísticos más destacados del Quindío. Sus paisajes verdes y frondosos invitan a la contemplación, al descanso, ya una conexión profunda con la naturaleza.
Quien llega a Pijao, llega al pueblo del buen vivir, donde el tiempo parece ir más lento y la vida cotidiana se vive sin afán. Entre los planos imperdibles se encuentran el Bosque de Palma de Cera, un rincón menos explorado que el famoso Valle del Cocora, pero igual de mágico, donde se alzan las palmas más altas del mundo. También se destaca el Páramo de Chili, un tesoro escondido a más de 3.700 metros de altura, que conserva intacto su ecosistema de frailejones y niebla perpetua, protegido con cielo por los pobladores.

En este 2025, la celebración de su aniversario será tan vibrante como sus paisajes. Desde el 14 de mayo hasta el 7 de junio, Pijao desplegará una amplia programación cultural, artística y recreativa para que propios y visitantes celebren en comunidad. Música, muestras gastronómicas, actividades tradicionales y mucho folclor serán parte de esta fiesta que honra no solo el pasado, sino también el presente y futuro de un municipio que ha sabido florecer entre las montañas del Quindío.
Pijao no solo se celebra: se vive, se respira y se guarda en la memoria como un rincón de Colombia donde la belleza natural se mezcla con el alma de su gente.







