Un brutal crimen de guerra ha sacudido a la República Democrática del Congo (RDC) luego de que el grupo rebelde M23, respaldado por Ruanda, tomara el control de la prisión de Munzenze en la ciudad de Goma. Durante la fuga masiva de más de 4.000 reclusos, al menos 165 mujeres fueron violadas y luego quemadas vivas, según informes de la ONU.
La violencia desatada dejó una escena dantesca: el ala de mujeres de la prisión fue incendiada mientras las reclusas eran sometidas a abusos atroces antes de su muerte. Entre las víctimas también había 28 niños, quienes fueron asesinados en medio del caos. La Misión de Naciones Unidas en la RDC (MONUSCO) ha intentado ingresar a la zona, pero el M23 impide el acceso, dificultando la verificación de los hechos.
Desde el 2023, la violencia sexual en la RDC ha alcanzado niveles alarmantes. Médicos Sin Fronteras ha atendido a más de 25.000 mujeres víctimas de abusos en el país, con un foco crítico en la provincia de Kivu Norte, donde se encuentra Goma. La ONU también ha denunciado violaciones masivas perpetradas por tropas congoleñas en Kivu del Sur.
Goma, una ciudad de más de un millón de habitantes, está sumida en el terror. Más de 2.000 personas han muerto en los enfrentamientos entre el Ejército congoleño y los rebeldes, y la crisis de desplazados empeora: más de 400.000 personas han huido en lo que va del año.
Cuerpos en las calles y amenaza de cólera
El acceso al agua está interrumpido, los cadáveres permanecen en las calles y el riesgo de cólera es inminente, alertó Médicos Sin Fronteras. Algunos centros de tratamiento ya están desbordados.
A pesar de un alto el fuego anunciado a inicios de la semana, el M23 ha retomado su ofensiva, avanzando hacia la estratégica ciudad de Nyabibwe, a 100 km de Bukavu, la segunda más grande del este del país. Las autoridades han reclutado civiles voluntarios para defender la ciudad ante el avance rebelde.