El mundo de la ciencia despide a uno de sus nombres más influyentes y controvertidos. James Dewey Watson, el biólogo estadounidense que revolucionó la biología moderna al descubrir junto a Francis Crick y Maurice Wilkins la estructura de doble hélice del ADN, falleció a los 97 años en un hospicio de East Northport, Nueva York, tras una breve enfermedad.
Watson, nacido en Chicago en 1928, fue galardonado en 1962 con el Premio Nobel de Medicina por su papel fundamental en la comprensión de la molécula que contiene la información genética de todos los seres vivos. Su hallazgo marcó un antes y un después en la biología molecular y abrió las puertas a avances como la secuenciación del genoma humano, la ingeniería genética y los estudios sobre enfermedades hereditarias.
Sin embargo, su legado científico quedó empañado por reiteradas declaraciones racistas. Desde 2007, Watson generó rechazo en la comunidad científica al afirmar que las personas negras eran “menos inteligentes que las blancas” por causas genéticas. Aunque más tarde se disculpó, en 2019 reafirmó sus comentarios en un documental, lo que llevó al laboratorio donde trabajó durante décadas, el Cold Spring Harbor Laboratory, a retirarle todos sus títulos honoríficos y cargos simbólicos.
En un comunicado reciente, la institución lamentó su fallecimiento, pero reiteró su condena a las ideas que expresó en vida. “James Watson fue un pionero en la genética moderna, pero sus declaraciones sobre raza e inteligencia no reflejan los valores de la ciencia ni de nuestra sociedad”, señaló la entidad.
Pese a la controversia, su contribución científica es incuestionable. La descripción del ADN como una doble hélice permitió comprender cómo la información genética se transmite de una generación a otra y sentó las bases de la medicina moderna. Sin embargo, su figura sigue siendo objeto de debate: un genio que cambió la historia de la ciencia, pero cuya visión del mundo dejó una sombra sobre su nombre.
Watson pasó sus últimos años alejado de la vida pública, tras sufrir un accidente en 2019 que afectó su salud y memoria. Con su muerte, se cierra un capítulo fundamental de la historia de la biología, marcado tanto por el descubrimiento que transformó la ciencia como por las polémicas que cuestionaron su humanidad.







