“Yo quiero que el Quindío tenga presidente y tenga doliente. Quiero que el Quindío sea visto con buenos ojos, que se convierta en el departamento mimado del presidente. Sueño con un presidente que le dé la mano al Quindío, que lo haga brillar con inversión dentro y fuera del país. Que ponga los ojos en nuestra tierra para ayudarnos a recuperar las instituciones que han sido secuestradas por la mafia y devolvérselas a la gente. Que el nombre del Quindío deje de asociarse con corrupción y vuelva a ser sinónimo de trabajo y orgullo.”
Con estas palabras, Pablo Jaramillo Arango anunció su renuncia a la Gobernación del Quindío, después de un año y medio de gestión, para asumir la dirección política de la campaña presidencial de Juan Guillermo Zuluaga, exgobernador del Meta y conocido en el país por su lucha frontal contra las estructuras criminales más poderosas del país. La decisión, según él, responde a un acto de coherencia política y a su convicción de que el país necesita líderes que salgan de su zona de confort.
“El país no está para discursos tibios ni para políticos cómodos. Está para quienes tengan el coraje de asumir el compromiso de luchar por él, no desde la comodidad de los altos cargos, sino en la arena donde se define el rumbo de la nación. Renuncio a la Gobernación porque no vine a administrar la rutina: quiero cambiar las cosas. Me sumo a esta causa porque quiero que la política vuelva a ser un servicio y no un negocio; porque creo que los criminales deben pagar por sus actos y que la gente buena, la que trabaja, la que madruga, la que no se rinde, merece vivir feliz, tener trabajo y llevar comida a su mesa. Esta es la batalla que vale la pena dar, y no voy a quedarme en el sofá quejándome.”
Para Jaramillo, la alianza con Juan Guillermo Zuluaga es una oportunidad de poner al Quindío en el centro de la agenda nacional y avanzar hacia un modelo federal que dé verdadera autonomía a las regiones. “No se puede seguir gobernando desde un escritorio en un Palacio, hay que gobernar desde las regiones y con la gente”, insiste.
Con este paso, Pablo Jaramillo lleva su liderazgo al escenario nacional, reafirmando su compromiso de recuperar la seguridad, el orden y las instituciones, para que el desarrollo llegue a todos los territorios.