Un conductor oriundo de Chongqing, China, consiguió a un perro callejero acostado en su puesto de estacionamiento habitual, por lo que decidió espantarlo propinándole una fuerte patada; pero no contó con que el perro buscaría a sus amigos y le destruirían el carro en venganza.
La jauría fue fotografiada con las mandíbulas en la masa por un vecino del atacante, masticando la carrocería y arrancando los limpiaparabrisas del vehículo.
En China además de servirlos en restaurantes, muchos perros son sacados de la calle para ponerlos a pelear, lo que podría explicar la actitud agresiva de estos canes. En el país asiático tampoco existen leyes contra la crueldad animal, si una perro daña a otro animal o propiedad, solo se puede ejecutar una demanda por daños a la propiedad si el tuso pertenece a alguien.