Las acciones se llevaron a cabo en la Central Mayorista de Armenia, Mercar, cuando en labores de inspección, vigilancia y control, llevadas a cabo por la Secretaría de Salud, se determinó que el almacenamiento de la carne no era el correcto para su distribución, debido a que no estaban bajo red de frío.
Dentro de la evaluación en el sitio, se encontró que la carne no cumplía con la cadena de frío correspondiente para este tipo de alimento, la cual debe brindar temperaturas de refrigeración entre los 2 y 6 grados centígrados.
Al momento de la inspección, la temperatura de la carne se encontraba en 18, 19, 20 y 21 grados en diferentes distribuidores, además de estar expuesta al ambiente. La temperatura hallada en la carne y el contacto con el medio ambiente permite que proliferen bacterias en el alimento, lo cual puede resultar contraproducente para la salud de quienes la consuman, pues existe una alta posibilidad de padecer una infección de tipo gástrico.






