La Comisión Cuarta del Senado dio luz verde a la controvertida reforma laboral, que ahora se encamina hacia su cuarto y último debate en plenaria.
En medio de un ambiente político cargado de tensiones, alianzas inesperadas y debates técnicos, la reforma laboral impulsada por el Gobierno del presidente Gustavo Petro superó este martes su tercer debate legislativo.
Ahora, la reforma queda ad portas de convertirse en ley. El texto aprobado —que recoge buena parte del espíritu original promovido por el Ejecutivo— deberá ser discutido y aprobado en plenaria del Senado antes del próximo 20 de junio, cuando finalice la actual legislatura.
Cambios en las condiciones laborales
Entre los aspectos más relevantes del articulado aprobado, destacan modificaciones profundas en los recargos laborales:
-Trabajo nocturno: ahora se pagará desde las 7:00 pm, dos horas antes de lo que establece la normativa actual. La propuesta de excluir a las MiPymes de esta obligación fue derrotada por 8 votos contra 7.
-Recargas dominicales y festivos: el pago pasará del 75 % al 100 %, tras una votación que se inclinará a favor del Gobierno.
-Contrato a término fijo: se limitó a un máximo de cinco años. Superado este período, las empresas estarán obligadas a ofrecer contrato a término indefinido.
-Internos de medicina: recibirán salario mínimo, financiado por la Dirección, una reivindicación histórica para los estudiantes del sector salud.
Además, se aprobó el reconocimiento de la relación laboral para los más de 120.000 repartidos de plataformas digitales en el país, quienes serán afiliados al sistema de seguridad social, en un acuerdo concertado entre el Ministerio del Trabajo y la Alianza In.
También se abrió la puerta a la cotización proporcional al sistema de seguridad social para trabajadores de micronegocios y personas de ingresos bajos, permitiendo nuevas vías para la formalización laboral.
Estudiantes del SENA y jornada laboral flexible
En cuanto al contrato de aprendizaje para estudiantes del SENA, la reforma no logró que fuera considerado contrato laboral como pretendía el Gobierno, pero sí mejoró sus condiciones: se garantizará el acceso a salud y pensión, y la remuneración será del 75% de un salario mínimo en la etapa lectiva y del 100% en la etapa práctica.
Otro punto aprobado fue la posibilidad de concentrar jornadas laborales en cuatro días, permitiendo a los trabajadores disfrutar tres días de descanso semanales, siempre y cuando haya acuerdo con el empleador.
El Gobierno expresó la aprobación como una “victoria parcial sustancial”. El ministro del Interior, Armando Benedetti, destacó el respaldo de sectores clave en el Congreso, especialmente los de tres senadores liberales que fueron clave para inclinar la balanza a favor de los recargos.
Sin embargo, sectores de oposición, como el Centro Democrático, expresaron su inconformidad: “Se rompieron los acuerdos”, afirmó el senador Enrique Cabrales, señalando directamente a la presidenta de la Comisión, Angélica Lozano, por los cambios introducidos en recargos nocturnos y festivos.
La estrategia del Gobierno parece estar funcionando. Tras el hundimiento de la anterior reforma en Comisión Séptima, el Ejecutivo reconfiguró su apuesta: ganó tiempo, rearmó su coalición y no descarta una movilización ciudadana o incluso una consulta popular como plan de respaldo.
Lo que sigue
A la reforma le quedan dos obstáculos: el debate en la plenaria del Senado —donde las mayorías son más inciertas— y una eventual conciliación con el texto aprobado en Cámara, ya que ambos proyectos presentan diferencias importantes.
Para cumplir los tiempos constitucionales, el último debate debe realizarse antes del 20 de junio. Por normativa, deben transcurrir al menos ocho días antes de iniciar el cuarto debate, lo que sitúa la recta final hacia la segunda semana de junio.