A partir del 1 de enero de 2025, el mundo será testigo del inicio de una nueva generación: la Generación Beta, compuesta por quienes nacerán entre 2025 y 2039. Según el demógrafo australiano Mark McCrindle, esta cohorte estará marcada por una integración completa entre los mundos digital y físico, redefiniendo la forma en que vivimos, trabajamos y nos relacionamos.
La Generación Beta seguirá a la Generación Alfa (2010-2024) y será mayoritariamente hija de los millennials más jóvenes y los adultos de la Generación Z. Para 2035, se estima que los Beta representarán el 16% de la población mundial, y gracias a los avances médicos y tecnológicos, muchos de ellos vivirán hasta el siglo XXII.
Lo que distingue a esta generación es su conexión intrínseca con la tecnología. Para ellos, los avances en inteligencia artificial (IA), realidad virtual, transporte autónomo y algoritmos personalizados no serán herramientas externas, sino una extensión natural de su vida diaria. “Lo digital y lo físico serán indivisibles”, afirmó McCrindle en su blog.
Mientras los padres millennials han incorporado herramientas digitales en la crianza, los de la Generación Z, más conscientes de los riesgos asociados a la tecnología, buscarán equilibrar la hiperconectividad con actividades fuera de línea. Este enfoque influirá en cómo los Beta gestionen sus identidades digitales y desarrollen un fuerte sentido de individualidad.
Además, crecerán en un mundo enfrentado a desafíos como el cambio climático, la urbanización acelerada y los problemas demográficos. Para ellos, la sostenibilidad será una expectativa, no una opción, lo que fomentará una mentalidad global y colaborativa orientada a la innovación como solución a los problemas más urgentes de su tiempo.
El término “Generación Beta” proviene del alfabeto griego, siguiendo a la Generación Alfa. Según McCrindle, este cambio en la nomenclatura simboliza el inicio de una era donde las generaciones son moldeadas por un entorno completamente diferente, caracterizado por la automatización, la inteligencia artificial y la dependencia tecnológica total.
Aunque aún es temprano para definir todos los aspectos de esta generación, se anticipa que sus características incluirán:
- Educación personalizada basada en datos y algoritmos.
- Diagnósticos médicos predictivos y automatizados.
- Experiencias de entretenimiento inmersivas gracias a la realidad virtual.
- Fuerte conciencia social y adopción de prácticas sostenibles.
La Generación Beta, que llegará al mundo en un contexto post-COVID-19, promete ser una de las más influyentes de la historia. Con una vida marcada por avances tecnológicos y una visión colaborativa, estos niños no solo adaptarán el mundo a sus necesidades, sino que también trabajarán para resolver los desafíos globales más importantes del siglo XXI.