Robert Harting se colgó la medalla de oro en lanzamiento de disco, con 68,27 metros. Pero no sólo quedará en la historia por la medalla, sino también por su euforia.
El germano lleva dos años en el tope de su disciplina, con 28 victorias en igual cantidad de presentaciones. La plata fue para el iraní Ehsan Hadadi y el bronce para el estonio Gerd Kanter.
Si bien el atleta, de 27 años, está acostumbrado a ocupar la primera plaza de toda competencia en la que se presenta, la coronación de dos temporadas perfectas con la presea dorada en Londres 2012 lo enloqueció.
Cuando el último participante, que podía pasar su marca y arrebatarle el peldaño superior del podio, no logró superar el segundo puesto, Harting se quitó la camiseta como si fuera el personaje de la historieta Increíble Hulk.
Pero no terminó con eso. A los gritos empezó a recorrer la pista, en cada lugar que encontraba algún compatriota se acercaba a las gradas y se fundía en un abrazo. Y lo más llamativo sucedió cuando el gigante de casi dos metros y más de 120 kilos se cruzó con las vallas de los 110 metros con obstáculos y comenzó a saltarlas, como si fuera Dayron Robles.