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Columna de Opinión: PACTO DE BOGOTÁ: ¿ENGENDRADO Y ABANDONADO?

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 PACTO DE BOGOTÁ:

¿ENGENDRADO Y ABANDONADO?

 

 

Simón Bolívar en 1826 dio el primer paso para que se dirimiera el conflicto entre Nicaragua y Colombia, sobre la soberanía de San Andrés, Providencia, Santa Catalina y la demás plataforma marítima, con la apertura del Congreso de Panamá, sin imaginarse que 186 años después, arrancaran de las manos de uno de los países que independizó, mas de 700.000 metros cuadrados de plataforma marítima y pusieran en tela de juicio no solo su trabajo, sino la labor, así hubiera sido bolera, de todos aquellos que lo sucedieron.

Como ya sabemos, la “Honorable” y como lo dijera el presidente Nicaragüense, Daniel Ortega, “Sabia” Corte Internacional de Justicia, decidió, otorgar a la hermana República de Nicaragua los derechos económicos sobre una vasta zona marítima que antes le correspondiera a Colombia en virtud de tratados internacionales entre los países en mención y actos de soberanía que ejerciera este ultimo como: la suscripción de la Cédula Real de 1803, el “Utis Possidetis Juris”, las maniobras independentistas de Simón Bolívar, cuando en 1818, proscribo a Luis Aury, después de que este, en una actuación poco lógica y razonable, se tomara este lugar a nombre de las Provincias Unidas de Chile y Buenos Aires. La construcción de la Constitución de Cúcuta en 1822, de la cual el pueblo Sanandresano decidió de manera autónoma anexarse a la Gran Colombia, siendo coherente con la Cédula Real de 1803, o los actos soberanos del entonces vicepresidente Francisco de Paula Santander, prohibió en 1824, la colonización de cualquier empresa sobre San Andrés e incluso la Costa de Mosquitos en virtud de la Cédula de 1803.

Lo anterior, ocurrido en el transcurso de nuestra historia, no fue suficiente para que la Corte Internacional de Justicia defendiera la soberanía de Colombia sobre territorio marítimo en conflicto y en consecuencia privilegiara a Colombia con los Derechos económicos entregados a Nicaragua, por lo cual el presidente Juan Manuel Santos, considera prudente no reconocer la competencia de la Corte Internacional que tiene su sede principal en la Haya, por esto se separara del tan mentado “Pacto de Bogotá”; acto multilateral, por medio del cual entre otras obligaciones, el país era forzado a terminar los conflictos con otros países de manera pacífica, acudiendo a la conciliación y en ultimas a la intervención de la Corte.

Pero que inconvenientes nos traerá esta decisión?, Si esta conforme a los postulados de la Constitución del 91?

Para resolver estas preguntas, nuevamente es necesario remontarlos a la historia, señalar que el nacimiento del pacto de Bogotá se dio a la par de la Carta de la Organización de los Estados Americanos y la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, en 1948 cuando se realizara la Novena Conferencia Internacional Americana en nuestro país. Esto ata el Pacto de Bogotá, inevitablemente a una cadena de defensa de la resolución pacífica de conflictos, teniendo como base los pilares de integración regional y preservación de la paz; es así como retirarnos de manera apresurada no solo traería un conflicto con Nicaragua, sino con todos o en las mejores circunstancias, con algunos gobiernos del continente americano, creando un desprestigio político a nivel mundial y por lo tanto una incontrolable inseguridad por parte de los inversionistas extranjeros, no solo viéndose perjudicada la imagen de la nación sino también la economía interna, pues para los inversionistas extranjeros, en especial aquellos que acaban de arribar con sus negocios a nuestro país, pues no es lógico que un gobierno no esté de acurdo con una sentencia judicial que se considera “en derecho”, con esto, la integración que “pide” nuestra Constitución, con los países suramericanos y del Caribe no se hace palpable y se presiente el inconformismo de los gobiernos de izquierda.  

Por otro lado, el orgullo nacional se siente herido, no parece justo que un tribunal internacional, por más justicia que difunda, nos despoje de una parte de tan importante para la economía y seguridad de nuestro país; la defensa organizada por los gobiernos de Pastrana, Uribe y Santos fueron “cómplices pasivos” del despojo a una gran superficie marítima, que pese a ser aguan de libre tránsito de embarcaciones, fue el sustento de muchos habitantes de la isla además de una gran malla de protección del tráfico de droga, no solo para el país, sino para el continente, el cual con la aquiescencia tasita del gobierno sandinista, irá en crecimiento a medida de que desde Managua se reclame los derechos económicos sobre la superficie oceánica, en virtud de una sentencia amañada y elaborada a la ligera sin el menor viso jurídico e histórico. Con esto, con el dolor de patria, de manera tardía, sintiendo pisoteada gran parte de nuestra soberanía sobre la republica y con una sorpresa de la cual no podemos escapar, es menester apartarnos de espacios donde podamos perder no solo territorio, sino también una parte de nuestra dignidad, que es a lo único que en el momento nos podemos aferrar.

Queda entonces para la reflexión de cada uno de ustedes que prevalece mas: “la integridad regional y la solución pacifica de los conflictos, aun estando pisoteada la dignidad nacional” o “la defensa directa y contundente de nuestro territorio marítimo, con la incertidumbre que produce la exclusión internacional”

Jose Patrocinio Vargas R.

Abogado

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