Un hito en la historia de la biotecnología ha sido revelado por Colossal Biosciences, una empresa estadounidense con sede en Dallas que anunció este lunes, 7 de abril de 2025, la “resurrección” del legendario lobo terrible (Aenocyon dirus), especie extinta hace aproximadamente 13.000 años tras la última Edad de Hielo.
El logro, destacado por la revista Time, se dio tras una compleja labor de ingeniería genética, en la que científicos reconstruyeron el genoma del animal a partir de ADN fósil hallado en sitios como Rancho La Brea, California. A través de la edición de 20 genes clave en células de lobos grises, lograron generar embriones con rasgos del extinto lobo gigante. Estos fueron implantados en perras comunes que dieron a luz, con éxito, a tres ejemplares: Rómulo, Remo y Khaleesi, esta última en homenaje a la popular serie Game of Thrones, donde el “lobo huargo” se volvió ícono cultural.
Los cachorros, nacidos en octubre de 2024 y actualmente en una reserva del norte de EE.UU. cuya ubicación no ha sido revelada, miden 1.20 metros de largo, pesan 36 kilos y presentan características como una estructura ósea robusta y un pelaje denso y pálido, rasgos que los diferencian de los lobos modernos. Su primer aullido, compartido por Colossal en redes sociales, fue descrito por expertos como “más profundo y potente”, reflejo de su fisiología ancestral.
Pese al entusiasmo, Colossal no ha divulgado un estudio científico revisado por pares, un estándar esencial en la comunidad científica. Aun así, el anuncio ha generado repercusión global y abre un intenso debate ético sobre el poder humano para traer de vuelta a especies desaparecidas.
“Estamos creando copias funcionales de algo que solía estar vivo”, afirmó Beth Shapiro, directora científica de la compañía, que también trabaja en proyectos para revivir al mamut lanudo, el dodo y el tigre de Tasmania.
La desextinción, considerada durante décadas una fantasía científica, ahora parece abrir paso a una nueva era de conservación, con el objetivo de restaurar ecosistemas y revertir el impacto de la actividad humana sobre la biodiversidad. Sin embargo, expertos llaman a la cautela: revivir una especie no garantiza su supervivencia en un entorno moderno transformado.
Por ahora, Rómulo, Remo y Khaleesi seguirán bajo observación, mientras la ciencia y la sociedad intentan asimilar lo que podría ser el comienzo de una nueva relación entre humanidad, tecnología y naturaleza.