Barranquilla no descansa del horror. La violencia y el flagelo de la extorsión cobraron una nueva víctima la noche del domingo 8 de junio, cuando Amy Edith Nava Ovalle, de 41 años, fue asesinada a tiros mientras trabajaba en su salsamentaria ubicada en el barrio Universal, en el suroriente de la ciudad.
El crimen, que ocurrió hacia las 7:57 p.m. en la “Salsamentaria Kike”, ha causado consternación entre los habitantes de la zona, quienes aseguran que la extorsión mantiene en zozobra a muchos comerciantes del sector.
De acuerdo con versiones preliminares y testigos del hecho, dos hombres que se movilizaban en motocicleta llegaron hasta el negocio. Uno de ellos descendió del vehículo, ingresó al establecimiento y sin mediar palabra disparó en tres ocasiones contra Nava Ovalle, quien cayó al suelo gravemente herida. Aunque vecinos intentaron auxiliarla, la mujer falleció minutos después.
Las primeras hipótesis apuntan a un crimen relacionado con extorsión. Según información conocida por las autoridades y medios locales, días antes del asesinato, el esposo de la víctima habría recibido amenazas de un grupo criminal conocido como ‘Los Pepes’, quienes exigían el pago de sumas de dinero a cambio de no atentar contra la familia.
Incluso, se conoció que el sábado anterior, Amy habría entregado un millón de pesos a sus extorsionadores. No obstante, al día siguiente, domingo, habría recibido un nuevo panfleto firmado por otro supuesto jefe de zona de la misma estructura criminal, exigiendo un nuevo pago. La negativa de la comerciante a seguir cediendo ante las amenazas habría desencadenado su muerte.
Amy Edith Nava Ovalle, oriunda del municipio de Lagunillas, estado Zulia, Venezuela, había llegado a Barranquilla en busca de una mejor vida y desde diciembre administraba el negocio familiar, con el que sostenía a sus seres queridos.
La Policía Metropolitana de Barranquilla, junto a unidades de la SIJIN, adelantan la investigación del crimen y revisan las cámaras de seguridad del sector para dar con los autores materiales e intelectuales del homicidio. Aunque se desconoce el paradero de los asesinos, testigos aseguran que huyeron con rumbo a la calle 30.
Las autoridades reiteraron el llamado a la ciudadanía para denunciar cualquier intento de extorsión y aseguraron que se reforzará la presencia policial en zonas vulnerables del suroriente barranquillero.