Esta mañana, el Comando Aéreo de Transporte Militar (Catam) en Bogotá recibió al primer grupo de colombianos deportados desde Estados Unidos. El Boeing 737-700 de la Fuerza Aeroespacial Colombiana (FAC) arribó alrededor de las 7:00 a.m., transportando a más de 90 connacionales desde Biggs Army Airfield, una base militar en El Paso, Texas.
La deportación masiva ocurre tras un fin de semana de tensiones diplomáticas entre Colombia y Estados Unidos. El presidente Petro inicialmente rechazó recibir a los deportados, citando malos tratos y exigiendo mejores condiciones en el proceso. Sin embargo, ambos gobiernos alcanzaron un acuerdo que incluyó nuevos protocolos humanitarios, aunque con restricciones temporales como sanciones de visa y mayores inspecciones fronterizas, que quedaron levantadas con la llegada de este primer vuelo.
El avión FAC1222 partió en la madrugada desde Texas con un equipo compuesto por funcionarios de Migración Colombia, personal de la Cancillería y un equipo médico para garantizar un retorno digno y seguro. A su llegada, los deportados fueron trasladados en buses al Aeropuerto Internacional El Dorado para realizar los trámites migratorios.
El presidente Petro destacó el cambio en el manejo de las deportaciones, donde los connacionales viajaron “libres, dignos, sin estar esposados”. Además, anunció la creación de un plan de crédito productivo y de bajo costo para apoyar la reintegración de los deportados en el país.
Un segundo vuelo en camino
Un segundo avión, el FAC1219, partió desde San Diego, California, con 110 deportados y se espera su llegada en las próximas horas. Este proceso marca el inicio de una nueva etapa en las relaciones migratorias entre Colombia y Estados Unidos, mientras el gobierno colombiano busca redefinir la narrativa en torno a la migración.
“El migrante no es un delincuente, es una persona humana libre,” enfatizó Petro, recalcando los derechos y oportunidades para quienes retornan al país.