“Tocarte Toa”, ese éxito inolvidable que aún hace vibrar fiestas, emisoras y recuerdos, tiene una voz femenina que marcó a toda una generación. Esa voz es la de Nataly Galán Freyle, una joven que, hace dos décadas, irrumpió en la escena del reguetón colombiano con fuerza, carisma y talento. Lo que pocos sabían entonces es que esa misma mujer que le dio vida a uno de los himnos más recordados del género, también estaba forjando otro camino: el de la ciencia.
Hoy, Nataly es mucho más que una artista. Es madre, investigadora, doctora en química aplicada y una de las mujeres con más patentes registradas en Colombia. Su historia es un testimonio de transformación, de lucha y de cómo una mujer puede brillar en todos los escenarios, incluso aquellos donde aún cuesta ser reconocida.
Formada como química en la Universidad de Cartagena y luego como doctora en la Universidad de Puerto Rico, Nataly Galán ha desarrollado 13 patentes científicas que aportan soluciones reales en salud, medio ambiente y tecnología. Y lo ha hecho mientras criaba a sus hijas, demostrando que la maternidad no es un obstáculo, sino su mayor motor. “Mis hijas son mis vitaminas”, asegura. “Ser mamá científica es tener superpoderes”.
Este año, Nataly será exaltada por la Superintendencia de Industria y Comercio, como una de las mujeres que están transformando el país desde la ciencia, la innovación y la propiedad intelectual, con sello Marca Colombia. Un reconocimiento que la celebra no solo como investigadora, sino como símbolo de empoderamiento y resiliencia.
Y es que Nataly no es una excepción: es un ejemplo. En un mundo donde, según MothersInScience, el 34 % de las mujeres científicas abandona su carrera tras tener hijos, ella decidió quedarse, resistir y sobresalir. Con el apoyo de su familia y una férrea gestión del tiempo, ha logrado compaginar su vocación científica con el amor y la entrega de una madre presente.
Bisnieta del legendario Pacho Galán —creador del merecumbé—, su vida ha estado atravesada por la creatividad. Primero fue la música, ahora es la ciencia. Pero en todo, Nataly deja huella.
Hoy, esa voz que nos enamoró en Tocarte Toa sigue haciendo historia. Ya no solo en las pistas de baile, sino en los laboratorios, en los congresos, en los premios a la innovación. Porque cuando una mujer se atreve a ser ella misma —madre, artista, científica—, no hay límite que la detenga.