La plenaria de la Asamblea Departamental del Quindío insistió en los enormes peligros que enfrenta la región con respecto al suicidio, que ha alcanzado niveles preocupantes, especialmente durante los últimos tres años.
El diputado Bernardo Valencia Cardona del Partido Mira convocó a un foro, al que asistieron las diferentes autoridades departamentales, sociedad civil organizada, orientadores escolares, académicos, directores de hospitales e investigadores sobre el fenómeno del suicidio, los que coincidieron en la necesidad de plantear un plan de choque, pero especialmente una estrategia a mediano y largo plazo para hacerle frente a este comportamiento que se está convirtiendo en un problema de salud pública.
Valencia Cardona entregó cifras preocupantes: “Según datos oficiales de Medicina Legal este fenómeno presenta un incremento progresivo en Colombia, pasando de 4,5 por cada 100.000 habitantes para el año 2009 a 5,93 en el año 2018. En el caso del Quindío (segundo departamento más pequeño de Colombia, después de San Andrés) que apenas tiene 575 mil habitantes la situación es complicada. En 2017 el departamento ocupó el cuarto puesto a nivel nacional con 52 suicidios; en 2018 el sexto lugar en Colombia con 57 casos, y en lo corrido del 2019 la cifra llega a preocupantes 21 personas que se quitaron la vida. Las localidades en donde más se presenta este fenómeno son Armenia y Calarcá”, informó.
El diputado insistió en la necesidad de adoptar medidas urgentes frente a este desastre, “no es una forma de llamar la atención en un sentido peyorativo, ni tampoco de manipulación, ni un chantaje, menos un capricho. Un intento de suicidio es un grito desesperado de ayuda, un recurso, cuando no se encuentra otra salida posible a lo que se está sintiendo o viviendo”, sostuvo.
Frente a los compromisos que deben asumir los gobiernos locales y departamental, el diputado dijo que es necesaria una capacitación “real” para las instituciones, colegios, universidades, padres de familia, bomberos, policía, defensa civil. “Cuando hablo de real, me refiero a la manera de enfrentar situaciones de riesgo suicida. Cómo repensar el problema centrándose en la persona, sin tratar de atacarla para proteger a la colectividad. Se debe establecer un equipo de profesionales, voluntarios y pasantes de diversas disciplinas que ayuden a estructurar un verdadero modelo de prevención del suicidio”, insistió.
Al foro asistieron expertos que hicieron recomendaciones específicas.
Durante la jornada, el relato de uno de los casos más recientes fue desgarrador, en donde la madre de una joven de apenas 20 años se quitó la vida en Armenia ante la falta de oportunidades económicas y empleo que tiene el Quindío, especialmente para los jóvenes, detectado como uno de los mayores factores de riesgo, que con las decepciones amorosas se convierten en dos de las principales causas para tomar esa decisión extrema e irreparable. Todo esto, acompañado, en el caso de los jóvenes, por el consumo de sustancias psicoactivas y la conformación de grupos al margen de la ley, como mecanismos de escape a los diferentes factores.
“A manera de conclusión, hacemos hincapié en la necesidad de promover con más vehemencia programas integrales, campañas en pro de la vida y de las oportunidades, relacionadas con la salud mental de nuestros niños y jóvenes, donde se introduzca la prevención y detección precoz de los trastornos mentales de mayor prevalencia que en el Quindío se presentan, además, del seguimiento de los mismos con especialistas en salud mental como psicólogos y psiquiatras. Las autoridades competentes deben luchar con energía contra los flagelos tecnológicos vinculados con el suicidio, tales como: sexting, grooming, sextorsión, ciberbullying, pornografía infantil y morphing, todas modalidades que pululan en las redes sociales, las que ponen en peligro la seguridad y la vida de nuestros niños, niñas y adolescentes”, puntualizó.