Inicio Internacional Mueren al menos 32 niños tras derrumbarse un colegio por el terremoto

Mueren al menos 32 niños tras derrumbarse un colegio por el terremoto

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La cifra de muertos por el terremoto de magnitud 7,1 que afectó ayer a México no deja de ascender. Entre las víctimas hay al menos 32 niños de un mismo colegio de Ciudad de México que murieron cuando la escuela se derrumbó por el temblor. Cinco adultos también fallecieron y en estos momentos hay una treintena de personas desaparecidas.

Los padres angustiados aguardan largos horas frente a los escombros del colegio de educación básica y media. Los equipos de rescate, formados por perros buscapersonas, marines y decenas de voluntarios, se apresuran por remover los escombros en busca de señales de vida. Es una carrera contrarreloj para sacar los atrapados.

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De acuerdo con la cadena Televisa, que cita fuentes oficiales, ya se ha conseguido rescatar con vida a 14 personas , y se estima que todavía queda una veintena bajo los escombros. El Ejército y la Marina, que encabezan la tarea de búsqueda entre los escombros, informaron de que la mayoría de rescatados fueron llevados a un hospital civil, y otro de ellos al de la Marina.

El presidente de México, Enrique Peña Nieto, visitó anoche la escuela, que acogía alumnos de preescolar, primaria y secundaria. Las tareas de rescate se extendieron a lo largo de la noche en esta escuela del sur de la capital, uno de los 45 edificios que se derrumbaron en la capital a causa del terremoto de magnitud 7,1.

Los vecinos solicitan todo tipo de útiles como baterías, linternas y botellas de agua para apoyar las labores de desescombro en las inmediaciones de la escuela que se ha convertido en uno los lugares mas conmovedores en las tareas de rescate.

“Siguen sacando niños, pero no sabemos nada de mi hija”, dijo agotada y con los ojos rojos Adriana D’Fargo, de 32 años, sobre el paradero de su hija de siete años. D’Fargo forma parte de esos padres que esperan con desesperación información de los alumnos de este colegio. Los vecinos de la zona intentan hacer la espera menos angustiosa y han empezado a repartir pan, café y otros alimentos.

 

LA VANGUARDIA

 

 

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